martes, 4 de agosto de 2015

Las flores del mal, tomo 5.


Otro tomo más de 'Las flores del mal', otro tomo que me deja con ganas de más y más, y es que esta serie es un no parar, por suerte ya tengo el tomo 6 preparado para ser leído. Aún no llevo bien el hecho de que esta serie, intensa donde las haya, sea bimestral, cuando un tomo se puede leer en 20 minutos, o menos, si no fuese por la fuerza de voluntad que debo poner para esperar y leer como mucho un capítulo a la semana.

En lo referente a este tomo, es algo más intenso que el anterior, también se quita un poco de protagonismo a Nakamura, la cual aparece varias veces de forma esporádica pero sin gran importancia, excepto en el capítulo final, dónde recupera parte de ese protagonismo y dónde volvemos a ver una escena típica de la Nakamura que conocemos.

¡Adelante con la reseña!

Spoilers (En gris)

También este tomo es el más 'erótico' de todos los que he leído de 'Las flores del mal'. Aquí tiene lugar la, quizá, escena de sexo más hipnótica y agobiante que he visto algún manga en toda mi vida.
"Kasuga está con la mente puesta en efectuar un plan que había acordado con Nakamura para fastidiar el festival de verano, sin embargo Saeki, que cree que estos dos están juntos, llega hasta la cabaña, a partir de aquí las cosas se tuercen bastante para Kasuga.
Esta llama a Kasuga para que vaya al río, dónde se encuentra la cabaña, bajo el engaño de que algo muy preciado para el estaba ardiendo. Al llegar, Kasuga se encuentra con una Saeki muy cambiada dentro de la cabaña; encelada de Nakamura ofrece su cuerpo a Kasuga.
Aquí ocurre la escena de sexo que nombré antes. Saeki tira al suelo a Kasuga, forzándolo completamente a tener sexo con ella, incluso consigue parte de su propósito, pero Kasuga la aparta de un golpe y le revela que le gusta Nakamura y huye. Saeki más furiosa aún prende fuego a todo, cuando Kasuga quiere darse cuenta todo ha ardido.
Aquí es donde vuelve a aparecer Nakamura con uno de sus momentos típicos. Mientras Saeki fanfarronea de que le ha 'quitado' a Kasuga esta le dice que está vacía, que dentro de ella no hay nada.
Por otro lado, un policía examinando el territorio quemado encuentra el cuaderno de Kasuga y Nakamura, dónde está gráficamente detallado el plan que tienen en contra del festival de verano..."

Uno de los casos de disminución.
Nakamura sigue siendo Nakamura, Saeki parece haberse vuelto loca de remate (o está obsesionada total) y Kasuga parece no encontrar aún su personalidad propia y está perdidísimo. Y a estos tres se les suma la adolescencia, que por lo que veo les está afectando de forma grave.

De la historia principal no hay nada que objetar, todo sigue genial e intenso, aunque pienso que el siguiente tomo lo será aún más. El dibujo de Oshimi sigue enamorando capítulo tras capítulo. Aunque esta vez voy a tener que poner una pega, y es respecto a la edición. Parece ser que debido a la reducción de tamaño respecto al volumen en japonés las tramas de algunas páginas se han mezclado dando otra forma, como si de un efecto óptico se tratase, no es algo que haya visto anteriormente así que supondré que ha sido un error puntual y no volverá a pasar.

Esta vez no pongo 'Lo mejor' y 'Lo peor' del tomo por que ya está puesto todo en el párrafo de arriba de forma un poco indirecta. Pero sí voy a destacar esta portada, me ha encantado, junto a la del tomo anterior.
Nota: ¡8'5!

Hasta aquí la reseña de hoy, ahora me pondré con el tomo 6 a ver como me sorprende Shuzo Oshimi esta vez.
¡Un saludo, y hasta la próxima!

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